miércoles, 5 de agosto de 2009

EL SUFRIMIENTO EN EL FETO TAMBIÉN EXISTE Y ES IMPREDECIBLE



Un buen control prenatal, una alimentación adecuada y la realización de ejercicios son garantías de un embarazo sano y minimiza, pero no desaparece, el riesgo de un sufrimiento fetal.
En palabras de la neonatóloga María Elena Varela, el sufrimiento fetal es “una perturbación metabólica compleja debido a una disminución de los intercambios entre madre e hijo, de aparición relativamente brusca, el cual altera el funcionamiento normal del feto”. Esta complicación se relaciona con la falta de oxígeno y de nutrientes suficientes para el óptimo desarrollo del bebé.

Pero, ¿qué causa el sufrimiento fetal? Para el ginecobstetra Fernando Laverde, esta complicación se puede presentar por tres razones. “La primera de ellas se relaciona con enfermedades que posea la mamá, como diabetes, hipertensión, anemia, desnutrición y algunas asociadas a la complicación del alumbramiento.
“La segunda tiene que ver con el bebé, y se asocia al retardo del crecimiento intrauterino: niños que por alguna razón no han crecido bien y no toleran el trabajo de parto.
“Y la tercera causa son los problemas de placenta y cordón umbilical, órganos que llevan el oxígeno al feto”.Si, por ejemplo, una mamá es hipertensa se puede predisponer a que la placenta se desprenda y dificultar el funcionamiento de esta herramienta, una de las encargadas de transmitir oxígeno al bebé. Este fenómeno puede presentarse durante los tres últimos meses del embarazo. Así mismo, si el cordón umbilical se sale en el momento del parto, este se comprime e impide la circulación materna al feto.
De esta forma, el sufrimiento fetal puede ser agudo o crónico. La doctora María Elena Varela define el primero de ellos como “una patología que se instala durante el trabajo de parto y se caracteriza por una insuficiencia placentaria de tipo respiratorio. Su forma leve o moderada produce hipoxia (privación del suministro adecuado de oxígeno), y sus formas graves son capaces de provocar acidosis (exceso de ácidos en los tejidos y en la sangre), parálisis cerebral y muerte fetal o neonatal”.
“El sufrimiento fetal crónico es una patología que se instala durante el embarazo, caracterizada por una insuficiencia placentaria de tipo nutricional que provoca trastornos en el desarrollo fetal. “Este tipo de complicaciones se asocia a edades maternas extremas, diabetes, desnutrición, factores socioeconómicos desfavorables, preeclampsia, embarazo múltiple, consultas prenatales insuficientes o nulas, hábito de fumar, alcoholismo, drogadicción y antecedentes de restricción del crecimiento intrauterino, entre otros”.
Ante cualquier duda o molestia es mejor consultar.
¿Cómo se identifica que hay sufrimiento fetal?El doctor Fernando Laverde asegura que la asfixia de los bebés en el útero se manifiesta con taquicardia, disminución de los movimientos fetales, pérdida del tono (niños flácidos, sin actitud, la cabeza se les va para atrás), y posteriormente, debido a la falta de oxígeno que con el tiempo relaja los esfínteres, se presenta el meconio.
A lo anterior, el ginecoobstetra agrega: “cuando hablamos de sufrimiento no es que el bebé sienta dolor o angustia. Yo creo que esa palabra debería cambiarse por hipoxia o falta de oxígeno. El pequeño no se va a sentir ahogado porque él nunca ha respirado, siempre está en el líquido amniótico y se oxigena por el cordón. Nadie se ha preocupado por lo que siente el niño. Lo que nos preocupa es cómo se defiende. Afortunadamente, su naturaleza le ha dado mecanismos de compensación y defensa y en los momentos de complicación el bebé acelera un poco el ritmo cardiaco, para compensar la falta de oxígeno. Ahí se detecta el sufrimiento fetal”, dice Laverde.

Y, ¿qué consecuencias trae el sufrimiento fetal?
“A corto plazo, los bebés cuando nacen tienen una falla orgánica multisistémica, es decir, la falta de oxígeno afecta diferentes órganos, entonces son niños que van a tener problemas de azúcar, de metabolismo, de glucosa, de calcio. Desafortunadamente, también pueden tener daño cerebral, el cual, inicialmente, se manifiesta con convulsiones y fallas renales. A largo plazo, lo principal es el retardo en el desarrollo psicomotor. Esto ocasiona demoras para caminar, sentarse, hablar, bajo rendimiento escolar, pueden presentarse epilepsia y complicaciones neurológicas. Pero lo más grave del sufrimiento fetal es que en algunos casos hay muerte del pequeño”, afirma el doctor Laverde.

Una buena forma de detectar rápidamente el sufrimiento, con el fin de actuar de inmediato y evitar las consecuencias de la falta de oxígeno o nutrientes en el bebé, es tener una constante monitoría fetal, en la cual se midan las contracciones y el ritmo cardiaco, pues cuando este último se acelera y luego baja mucho más del estado normal, hay manifestación de una posible disminución de la circulación madre e hijo.

Cuando este tipo de acontecimientos sucede, lo primero que hacen los médicos, según la neonatóloga, “es identificar la causa del sufrimiento fetal y tratar de corregirla. Si esto no es posible, se debe extraer el feto y tratarlo como recién nacido”. En ese momento se practican varias pruebas, entre las que se destaca el ‘Test de Apgar’, una escala que mide la vitalidad del bebé y valora la frecuencia cardiaca, el esfuerzo respiratorio, el tono, el color y el llanto. Esta evaluación se hace en tres periodos de tiempo, inmediatamente después del nacimiento: una al minuto, otra a los cinco minutos y la última a los 10 minutos. La calificación va hasta 10, y un Apgar por debajo de 7 es símbolo de que hay algún daño.

Los casos de sufrimiento fetal no son frecuentes. Si se presentan, en la mayoría de los casos se corrigen de forma temprana, evitando consecuencias graves en los niños. Es clave saber que el parto no tiene ningún riesgo y ser consciente de los cuidados que deben tener la mamá y el médico con respecto a la detección oportuna de cualquier complicación que se manifieste en la gestación y en el parto.

Por Christian Quiroga Sánchez

CONOZCA CUÁLES SON LAS SEÑALES DE EMERGENCIA DURANTE EL EMBARAZO



De lo atenta que esté la madre a sus cambios durante el embarazo depende su capacidad para identificar las señales que le muestren los riesgos y saber cuándo algo no se encuentra bien.
Algunas molestias que pueden presentarse normalmente en esta etapa, si no se identifican o controlan a tiempo, pueden convertirse en una señal de alarma.
Dolor ‘bajito’: muchas mujeres se quejan de un dolor en la parte baja del abdomen. Los especialistas señalan que la principal razón de esta molestia es el estiramiento de los músculos y ligamentos que soportan el útero. El dolor puede ser fuerte y punzante, especialmente cuando la mujer se levanta de su cama, de una silla o tose. Descansar en una postura cómoda aliviará un poco la molestia; pero si el dolor va acompañado de escalofrío, fiebre, hemorragia, desmayos o aumento del flujo vaginal, es clave acudir de inmediato al médico.
Hinchazón de los pies: aunque generalmente ocurre en todas las embarazadas en horas de la tarde y la noche, si desde el comienzo del día las manos y la cara se ven inflamadas, puede ser señal de preeclampsia, un aumento de la tensión que se presentaría desde el quinto mes de gestación, especialmente en primerizas, embarazos gemelares, las adolescentes o las mujeres mayores de 40 años.
Hemorragia: puede ser señal de una amenaza de aborto o un embarazo ectópico si se presenta antes de la semana 24 de gestación. También, de una infección urinaria, hemorroides o lesiones de la vulva, el cuello uterino o la vagina. De igual forma, puede ser señal de preeclampsia y desprendimiento de la placenta.
Aumento de peso: es el principal síntoma de la diabetes gestacional. La mujer debe subir, en promedio, un kilo por mes; si aumenta dos, es probable que la enfermedad haya aparecido.
Dolor de cabeza: suele ser frecuente en el embarazo. Según Fidel Sobrino, neurólogo de la Clínica del Dolor de Colsubsidio, las mujeres suelen referir esta molestia, la cual está ligada a los cambios hormonales. La ginecoobstetra Ángela Uribe recomienda consultar al médico cuando se presente esta molestia con el fin de descartar una hipertensión gestacional (irá acompañada de visión de luces).

AFECTO INTRAUTERINO FORTALECE VÍNCULO DEL FUTURO ENTRE PADRES E HIJOS



Es bidireccional; se fortalece el rol de los padres y se va adquiriendo una pertenencia de ese hijo.
El lazo de amor durante la gestación es tan importante para el bebé como para la madre y traerá beneficios en el futuro. “Construir vínculos tempranos favorece a un mejor desarrollo del embarazo; también a que se constituyan familias más sanas y niños conectados más afectivamente con sus familias”, afirma Sandra Zorro, sicóloga de la salud de la Unidad de Medicina Materno Fetal Clínica Colsánitas. Cuando la madre tiene bienestar, el bebé experimentará sensaciones más favorables. Por eso, es esencial que tenga apoyo familiar y de pareja. Además, “en esos nueve meses de gestación, la mamá puede comunicarse todo el tiempo con el bebé, ya que es una personita viva que aún no está afuera, sino dentro, pero es un ser inteligente y sensible, perfectamente capaz de captarle todos su sentimientos”, afirma la antropóloga y sicoterapeuta bioenergética María de la Luz Giraldo.

ActividadesLa mamá no debe hacer cosas extrañas. “Es más una conciencia de que ahí hay un ser vivo y de que ella influye en él de manera importante”, enfatiza Giraldo.
Diálogos. La madre puede hablarle todo el tiempo sobre lo que siente y ve a su alrededor. También puede dedicarle media hora en la noche, junto a su pareja, para contarle la experiencia del día. “Sobre todo cuando la mamá está en una situación adversa, el poder hablar con su bebé le permite a ella elaborar los sentimientos que tiene, propios de la situación que está viviendo, y, a la vez, le permite irse vinculando con su bebé”, agrega la sicóloga.
Cantos. Pueden ir acompañados de mímica y de música.
Masajes y caricias. Por parte de los padres y los hermanos, Zorro dice que “el bebé quizás no sienta la caricia como estímulo táctil, pero tal vez siente un vínculo afectivo que seguramente se va fortaleciendo”.
Terapias de relajación. Se pueden hacer ejercicios de proyección del bebé.
Compras y decoración. Adecuar la habitación y adquirir ropa y accesorios para el bebé.
Hablar con familiares y amigos. Ayuda a tener imaginarios sobre el niño. (Cómo crecerá, cómo estudiará, etc.)

Por Karen Johana Sánchez

SI NO SE VIGILA LA TENSIÓN ARTERIAL DURANTE EL EMBARAZO, LA MADRE Y EL BEBÉ PODRÍAN SUFRIR GRAVES REPERCUSIONES



La preeclampsia y la eclampsia son dos enfermedades que pueden atacar en cualquier momento de la gestación. Lo ideal es estar en controles médicos para evitar futuros problemas.
La preeclampsia es una de las primeras causas de mortalidad materna en el ámbito mundial. Según cifras del Dane, en Colombia fallecieron 536 gestantes durante el 2006. La hipertensión (70 casos), la eclampsia (58) y la hemorragia posparto (57) fueron las principales causas.
Esta enfermedad se caracteriza porque la paciente presenta tensión alta asociada a pérdida de proteínas por la orina. “Es la hipertensión asociada al embarazo que se presenta entre la semana 20 de gestación y hasta la primera semana del posparto. Compromete varios órganos, incluido el sistema vascular, el hígado, el sistema nervioso central, el sistema de coagulación y el riñón”, señala Álvaro Cano Quiñones, ginecoobstetra de alto riesgo obstétrico de la Clínica de la Mujer.
Las causas aún no están definidas. Según Giuliana Puccini Santamaría, ginecoobstetra de alto resigo obstétrico de la Unidad de Medicina Materno-Fetal de la Fundación Santa Fe de Bogotá, “hay factores predisponibles genéticos. Alguna de las teorías habla de que hay una incompatibilidad genética con el esposo, que no permite una adecuada adaptación de la madre al nuevo ser, así como factores ambientales que pueden predisponer; sin embargo, no se ha podido establecer una causa directa y no se presenta en todas las pacientes”. Cómo se manifiestaSe divide en leve y severa. En la segunda, la mujer presenta cifras tensionales más altas que la leve y una mayor cantidad de salida de proteínas por la orina.
“En esta clase, la mujer puede llegar con disminución en la orina y con disturbios visuales, cerebrales o auditivos. Ve borroso, oye pitos o tiene dolor de cabeza intenso. Puede, incluso, tener dificultad respiratoria, dolor en la boca del estómago o en la parte alta del abdomen porque se empiezan a romper los pequeños vasos por debajo de la cápsula del hígado”, explica la ginecoobstetra.
También se puede presentar dolor de cabeza, mareo e hinchazón de pies y manos. Cabe aclarar que “un 90 por ciento de las embarazadas se hinchan, pero menos de un 10 por ciento de ellas tienen preeclampsia”, aclara Cano. Este problema también se puede asociar con un bajo crecimiento fetal.
Es importante recalcar que, al sentir alguno de estos síntomas, la gestante se debe dirigir al servicio de urgencias de inmediato.

¿Cómo tratarla?Cuando es leve, se hospitaliza a la paciente y se le hace un seguimiento y monitoreo. La mujer permanece en reposo, mientras se espera que maduren los pulmones del bebé, si aún es prematuro.
Cuando hay severidad, la única solución es desembarazar. Se debe tener en cuenta que, entre más temprano se presente la enfermedad, existirá un índice más alto de gravedad, debido a que el niño aún todavía no ha madurado sus órganos y es más riesgoso que nazca.
De acuerdo con Puccini, “entre más temprana, más severa. La mayoría de las mujeres la presentan en las últimas semanas de embarazo; sin embargo, es importante no se confíen porque la enfermedad se puede desarrollar en cuestión de tres días”.
Por su parte, el ginecoobstetra Álvaro Cano afirma que “cuando se presenta en embarazos muy tempranos, algunos grupos hacen manejo expectante de la preeclampsia severa hospitalizando a la paciente en la Unidad de Cuidados Intensivos e interviniendo con medicamentos para controlar la tensión, se administran líquidos, se realiza monitoreo continuo de los signos, etc. El resultado no ha sido muy alentador, pero ha prolongado algunos embarazos antes de tener que desembarazar”.

EclampsiaDespués de que una mujer presenta preeclampsia y además se compromete el sistema nervioso central y hay convulsiones o pérdida de visión, aparece la eclampsia. Es poco frecuente, pero es mucho más grave y puede actuar rápidamente, “entre 48 y 72 horas alrededor del parto”, dice la ginecoobstetra. “Es secundaria al aumento severo de tensión y es el paso culminante, ya que retornar de ella es muy difícil. Generalmente deja graves secuelas”, agrega. En estos casos, el manejo de la madre está siempre a cargo de la Unidad de Cuidados Intensivos, pues la mujer puede caer en estado de coma y hasta morir. El único tratamiento es interrumpir el embarazo.

Efectos secundariosEn el bebé:
- Disminución del crecimiento fetal
- Cuando es necesario interrumpir el embarazo antes de la semana 37, el niño nace prematuro.
- Si hay convulsión, se puede generar hipoxia y lesión neurológica fetal.
- Según investigadores de Oregon Health and Science University, en Portland, los hijos de mujeres que sufrieron preeclampsia o hipertensión gestacional serían propensos a sufrir un accidente cerebrovascular.
En la madre:
-La tensión alta puede ocasionar hemorragias o trombosis cerebral por lesión de los vasos cerebrales a causa de la presión.
- Se comprometen los órganos renales y generan insuficiencia renal y necesidad de diálisis.
- Hemorragia cerebral y rupturas en el hígado (hepática)
- Pérdida parcial o permanentemente de visión.
- Muerte de la mujer.
- De acuerdo con un estudio de la Pontificia Universidad Católica, en Santiago, las mujeres a las que les aumenta la presión durante el embarazo son más propensas de presentar enfermedad cardiaca a edad más temprana.

¿Es prevenible?Aunque no se puede prevenir, la gestante debe estar atenta a los factores de riesgo para monitorear la situación a tiempo. Es importante mantener una buena historia clínica y asisitir al control prenatal. “Luego, en la semana 11-14 se hace una ecografía de tamizaje genético que incluye un doppler para evaluar las arterias uterinas –dice el doctor Cano–; esto nos puede sugerir qué pacientes estan en riesgo para tomar medidas que podrían disminuir la frecuencia o la severidad de esta patología en la madre”.

¿Quiénes son propensas?Las mujeres que son muy jóvenes (menores de 18 años), mayores de 36 años y las que tienen bebé por primera vez. También aquellas con enfermedades de base que comprometen el sistema vascular –dice el ginecoobstetra Álvaro Cano– como, por ejemplo, la hipertensión crónica, las enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoidea, y la diabetes.
También, aquellas que tengan antecedentes de preeclampsia, pacientes con embarazos múltiples, con sobrepeso en la gestación o con alteración de colesterol y triglicéridos.

¿Hipertensión gestacional o preeclampsia?Son diferentes. La primera se caracteriza por presentar únicamente presión alta durante el embarazo, sin presencia de proteína en la orina. El 25 por ciento de las pacientes que presentan esta enfermedad evolucionan a preeclampsia y el otro 75 por ciento se recupera y no presenta ningún problema, dice la doctora Puccini.

Por Karen Johana Sánchez

LOS BEBÉS DE MADRES FUMADORAS ACTIVAS O PASIVAS PUEDEN TENER BAJO PESO AL NACER



Aunque existen varios factores que dificultan que la mujer deje el cigarrilo, esta debe ser una decisión que debe darse antes del embarazo.
No cabe duda de que cuando una pareja fumadora busca un bebé, el primer paso para serlo es dejar el cigarrillo. Sin embargo, suena más fácil decirlo que hacerlo, debido a que la gran mayoría de los fumadores ha tenido por lo menos dos intentos para abandonar la adicción, que, como tal, necesita más ayuda terapéutica y farmacológica que voluntad exclusivamente.
De acuerdo con Juan Pablo Lozano, ginecoobstetra de Profamilia, un hombre con “tabaquismo pesado” que fume más de 10 cigarrillos al día tendrá una disminución en la calidad y cantidad de los espermatozoides, lo que por supuesto disminuirá la posibilidad de lograr un embarazo con éxito. La mujer será apta para tener un bebé en el mismo momento en el que apague su último cigarrillo. Desde hace dos décadas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que abandonar el hábito de fumar genera las mismas repercusiones que dejar la heroína, cocaína o alcohol; es decir, se sufre un síndrome de abstinencia que lleva a muchos fumadores a retomar rápidamente el hábito.
Un gran porcentaje conoce las consecuencias del cigarrillo. Sin embargo, los componentes de este, en especial la nicotina, no permiten que la decisión esté mediada solo por el deseo. Por esa razón, es importante que ante la conciencia de un embarazo, el proceso para dejarlo comience con tiempo. Según la OMS, existen tres factores que dificultan esta decisión:
1. La nicotina es adictiva.Los fumadores y otras personas que consumen productos de tabaco padecen síntomas de abstinencia que con frecuencia les impiden dejar el tabaco.Para apoyar la decisión hacen falta políticas nacionales y locales que contribuyan debidamente al abandono del tabaquismo.
2. Humo y embarazo.Observaciones de la OMS han determinado que las adolescentes embarazadas tienen menos probabilidades de abandonar el hábito durante la gestación. La facilidad para conseguir los cigarrillos, su ambiente social y, en muchos casos, la prohibición de sus padres, los impulsa a continuar con la adicción.Según el ginecoobstetra Juan Pablo Lozano, los hijos de mujeres fumadoras corren un alto riesgo de nacer con bajo peso, pero no con malformaciones como se cree. La placenta puede alterarse, debido a que recibe las sustancias nocivas del tabaco y estas pasan hacia el bebé. Son amplias las consecuencias de que los bebés nazcan por debajo del estándar normal. Un estudio publicado en la revista científica Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism reveló que los niños recuperan su peso hasta los dos años, pero luego tendrían la tendencia a sufrir de sobrepeso o a desarrollar diabetes. La neonatóloga española Carmen Rosa Pallás Alonso asegura que si además del bajo peso, los niños nacen antes de tiempo, podrían presentar consecuencias nefastas, como que “el cerebro madura en un ambiente que no es el materno y no sabe bien cómo integrar los estímulos que recibe; entonces habría problemas del comportamiento y del aprendizaje. Pero la mayoría de los niños nace bien, aunque no se puede negar que sí es frecuente este tipo de alteraciones; casi el 50 por ciento tiene dificultades en el comportamiento y del aprendizaje”. “Es un error fumar en el posparto –dice el ginecoobstetra Juan Pablo Lozano– porque el bebé sería un fumador pasivo y tendría el mismo riesgo de la mamá de contraer todas las enfermedades, como cáncer EPOC.
3. Para dejar el cigarrilloLa Organización Mundial de la Salud recomienda:*Buscar ayuda, pues tal y como una adicción deben mezclarse tratamientos farmacológicos y terapias con expertos que permitan tener más herramientas para abandonar el hábito. *Cuando la mujer ya está embarazada puede ser complicado, debido a que no se recomienda el uso de drogas que sustituyen la nicotina en el cuerpo, ya que podrían pasar al bebé. La decisión debe tomarse antes de concebir. *La terapia es esencial, pues ayuda a los fumadores a controlar actitudes de ira, frustración, ansiedad o irritabilidad que se presentan al momento de dejar de fumar. Los efectos biológicos son la causa para que quienes tienen la conciencia para dejarlo, no lo logren. *Es esencial el apoyo de quienes rodean a los fumadores, pues impulsarlos en su deseo de abandonarlo o no fumar cerca es una gran ayuda.

Por Edna Edna Juliana Rojas H.